A veces, mientras un apoderado toma notas en el reconocimiento, un toro (o novillo en este caso) se acerca a ver qué demonios es lo que están escribiendo de él. El apoderado, que normalmente está a su bola apuntando en la libretita, suele llevarse un buen susto cuando se encuentra cara a cara con el toro curioso.
Una foto magnifica, Manón, como siempre. Espero que esta tarde sea entretenida.
ResponderEliminarPreciosa fotografía, gracias por enseñarnos cada vez otro punto de vista.
ResponderEliminarSaludos