Los toros de Gerardo Ortega (y el remiendo de Sepúlveda) salían al ruedo y se estiraban, como recién levantados de una larga siesta.
Así que luego los ponían al caballo y acudían sin muchas ganas, lo mismo que a los engaños. Brava, brava, no ha sido la corrida.
Decía Antonio Barrera que ya se merecía "que un toro le embistiera de una puta vez". Viendo la foto, tiene razón. Ahora, ¿y si le embisten, qué?
Leandro ha dado algún pasecito, sin más. Se ha puesto valentón cuando se ha llevado una voltereta.
Y a Sergio Aguilar, no sé por qué, no le hemos hecho ni caso. Para mí ha tenido bastante mérito, pero, y esto le pasa desde siempre, tiene un grave problema de comunicación con los tendidos. Nada de lo que hace llega arriba con fuerza. Una pena.
Mogollón de fotos del festejo.
Llevo toda la mañana tratando de que el blog me haga caso
ResponderEliminarEs la hora de comer y estoy harto
Por si lo consdigo diré que la foto del cable y la zapatilla (fotón) representa la situación de muchos toreros.
Un abrazo de Juan Miguel
Ahora, como suele hacer mi ordenador, no se por qué todo funciona de lujo.
ResponderEliminarPor lo tanto aprovecho para incluir un segundo comentario
a la serie ¡Usted no debería estar ahí!
Te imaginas en un despacho sentado frente al "colocado" de turno exclamando esa frase. Gran acierto Juan
Hasta luego
Pues si, Sergio Aguilar para mi ha sido lo mejor de la tarde. Los toros ni uno, pero al menos se han movido y para mi, ha estado entretenida la tarde. Las fotos, como siempre manon,... geniales. Abrazos desde Doñana
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