En tan exitosa función, se lidian ejemplares como este (de Daniel Ruiz).
Abría el cartel en esta plaza César Jiménez. Os pongo un refrito de su actuación con fotos "bonitas" y otras menos. Alguna de la segunda especie me he guardado, porque aún conservo cierto pudor. Este chico montó un espectáculo muy lucido y natural. Vamos, que se le ve espontáneo cuando se tira de rodillas, se desplanta, se va del toro, le pega con la ayuda, mira al público... Como si no lo tuviera demasiado estudiado. Lo del natural hondo es más jodido, pero la conexión con los tendidos, fetén.En sustitución del gran Cayetano entró Sergio Aguilar, otro de los toreros que, tal vez, con un poco más de suerte disfrutaría de otra situación. Tiene una enorme voluntad de hacer el toreo y, sobre todo, de quedarse quieto. En un enfrentamiento con, por ejemplo, el matador de arriba, se le nota a la legua que está mucho menos toreado.
Se desplantaba así de farruco ante la fiera que se corrió en quinto lugar.
Y cerraba el cartel José María Manzanares, que yo no sé si es o no muy bueno, pero el tío, algo tiene. Llamémosle empaque, clase, torería, gusto, lo que se quiera, pero algo hay.
Creo que cuando debute con caballos irá para gran figura del toreo. Lo digo en serio.
Al final, los mozos, felices, saltan al ruedo para anudar los pañuelos a los matadores poco antes de que finalice el festejo con la triunfal salida a hombros que abría este post.















