lunes, 17 de agosto de 2015

Sobre la última tarde de Frascuelo en Madrid

Frascuelo toreó el sábado, el 15 de agosto, en Madrid. Una fecha de mucho lujo. Yo creo que será su última tarde en Las Ventas, 41 años después de la primera como matador, en 1974. Yo tenía tres años. Frascuelo cumplirá 67 el mes que viene.

Frascuelo. En el túnel

Estoy casi seguro de que él lo seguirá intentado, pero también tengo casi la certeza de que no habrá ya empresario que vuelva a ponerlo. No al menos en Las Ventas. 

Frascuelo ha acompañado mi afición a los toros, especialmente en los veranos en los que yo empezaba a deambular por la plaza. Eran los años 80 y recuerdo muchas tardes con el maestro y espadas como Seseña, Galloso, Pepe Luis Martín y muchos otros que se anunciaban cada domingo con corridas, digamos, complicaditas. Eso dice al menos mi memoria.

Frascuelo. Oración (II)

Sus vestidos mil veces usados: gris perla, verde manzana, azul celeste, algún lila, casi siempre con los cabos en negro. "Hoy torea Frascuelo, ¿os venís?". Y conseguía arrastrar a mis padres a pasar calores y sofocos, a disfrutar de lo efímero de una chicuelina, de un pase por bajo, de un natural dado como el que no quiere la cosa pero lleno de mando, llevando al toro exactamente “hasta ahí”. Adonde había que llevarlo, vamos.

Frascuelo. Retrato

A veces se daba bien y entraba en la Feria de Otoño. O muy bien, y lo ponían en San Isidro. Prometo que a esas tardes de feria iba con más ilusión, de chico y de grande, que cuando se juntaba una constelación de estrellas en el cartel. Y me sigue pasando, pero esa es otra historia.

Por desgracia, siempre se cumplió el dicho ese de la tarde de expectación y la decepción. Lo bueno, quizás, es que sólo yo y los asiduos del verano esperábamos algo especial. Los demás, los de aluvión, se iban pensando que ese señor mayor no estaba para estos trotes. Cuando se atrevían a decirlo en alto yo me consolaba pensando que en agosto volvería y que entonces nosotros, los listos, los sabios, los veraneantes, lo veríamos torear como los ángeles en agosto. Aunque sólo fuera un rato. "Ellos se lo pierden", remataba como si fuera una media.

Frascuelo.

Con el tiempo todo se fue espaciando. Sus presencias en Las Ventas y, sobre todo, sus buenos momentos. A mí seguía haciéndome ilusión. Una tarde de 2008, precisamente una de esas escasas tardes de feria, un toro de San Martín le dio una cornada. A partir de ahí mi ilusión fue cediendo paso al miedo.

Frascuelo

Todavía repitió dos veces más en la feria en los años siguientes y le dio tiempo a volver a cortar una oreja. Pero en agosto, ya sabemos, isidros, que Frascuelo torea mejor en Agosto. Fue en 2011.

Frascuelo

Desde entonces sólo miedo. Esperar que no pasara nada y ya no disfrutar de la pincelada, de la gotita, no de arte, sino de toreo, que eso es lo que hacía Frascuelo. Y es bien diferente porque uno trata con el toro y al otro, casi, le molesta. Se me vuelve a colar otra historia. Perdón.

Frascuelo


Siempre va a ser uno de mis toreros. Uno de mis, pongamos, tres toreros. No ha sido una estrella pero llevaba a mis padres a la plaza. Eso lo pueden decir muy pocos: Esplá, los “curros”, Vázquez y Romero, y pare usted de contar. Para la mayoría de los mortales esto será una tontería mayúscula; para mí lo convierte en una verdadera figura del toreo.

Frascuelo


P.D.: A todo esto, yo sólo iba a escribir una tontería sobre la cantidad de fotos que hacen falta para contar una historia y la abundancia cósmica de imágenes en la que nadamos. Pero me ha salido esto.

Hay alguna foto más de la tarde del sábado en Flickr. Pero creo que no aporta mucho más.