domingo, 24 de octubre de 2010
viernes, 22 de octubre de 2010
El último paseíllo del año.
El domingo se hará el último paseíllo del año en Las Ventas. A ver si hay suerte y la tarde, aparte del frío habitual de estos festejos, tiene un poquito de color.
Hablan bien de Adrián de Torres. La ganadería de Rocío de la Cámara no sé cuánto hace que no lidia en Madrid. Por su procedencia, Núñez y Osborne, igual son los novillos los que ponen los colores.
jueves, 21 de octubre de 2010
miércoles, 20 de octubre de 2010
martes, 19 de octubre de 2010
Areneros
Seguimos con el movimiento.
Movimiento y ojo de pez.
Movimiento y ojo de pez con la cámara paralela al suelo.
¡La virgen, qué cosas más raras!
Las fotos de Campos y Ruedos en tu pared
Me llega un mensaje de Campos y Ruedos que dice así:
Creo que es una gran noticia. Poca gente hay que cuide tanto la fotografía como estos magníficos señores franceses locos.
Desde que existe camposyruedos, 8 años para el sitio y 5 años para el blog, nunca os hemos ofrecido la posibilidad de conseguir fotografías. La razón es muy sencilla. Simplemente no tieníamos las posibilidades técnicas para organizar esto de manera satisfactoria. Así que publicamos nuestro primer libro, incluso antes de cualquier oferta de venta de fotográfias. En definitiva, el carro delante de los buyes. Pero por el azar de los encuentros, camposyruedos a partir de hoy añade otra cuerda a su arco: la impresión de fotografías. Y no se trata de cualquier impresión. Existe un taller en Arles, el taller de un verdadero artesano. Un taller creado y dirigido por Christopher Laloi, primer graduado de una Historia Maestro de Arte y despues de la Escuela Nacional de Fotografía de Arles. Christophe Laloi es el creador del Festival Voix Off, el Off de los RIP, y especialmente en 2007, de este taller creativo situado en el corazón de la ciudad, cerca de la plaza de toros. Desde el exterior es discreto, incluso pasa desapercibido. Pero desde el interior, tocamos al must de la prática de la impresion fotografica, de su tratamiento, desde el escáner Hasselblad Imacon, hasta los papeles de lujo, entre ellos el famoso fine art de Hanemühle, sin olvidar la experiencia de Tchan , venido aqui directamente desde el sol naciente y que se encarga de poner en forma nuestros ficheros. Asi que a partir de ahora usted puede colgar en sus paredes las fotografías de camposyruedos. Poco a poco, con la complicidad del taller Voix Off, ofrecemos algunas impresiones que, evidentemente, se realizaran en su totalidad por el taller, desde el manejo del post-procesado para su impresión hasta su envío.
http://www.camposyruedos.kingeshop.com/
Creo que es una gran noticia. Poca gente hay que cuide tanto la fotografía como estos magníficos señores franceses locos.
lunes, 18 de octubre de 2010
Rueda de picadores
De la novillada, muy poco que contar. Un gran novillo, de esos que dicen "para el torero", que se fue con sus orejitas. Alguno más con cierto interés que necesitaba de un torero con más conocimiento que los que había en el ruedo.
Dice mi amigo Alfredo que tengo esto abandonado. Tiene razón, pero es que no sé qué decir.
Me ponen, además, los partidos del Estu a la misma hora que los toros. ¿Alguna razón especial para estropearme los fines de semana? Aunque, bien mirado, en esa orilla tampoco hay mucho que contar por el momento. Tres partidos, tres derrotas. Desde luego mis aficiones no me dan nada más que satisfacciones. Bueno, me queda el Betis, lider en segunda...
jueves, 14 de octubre de 2010
Fotografía aleatoria
Cuando eliges una velocidad de disparo muy lenta, en el caso de la primera foto, lentísima, no sabes lo que te va a salir. El 99% de las veces sólo fotos que tienen que ir directamente a la papelera.
Anda que si usáramos carretes íbamos a estar haciendo estas tonterías. A mí la de arriba me gusta mucho. Posiblemente se deba a una disfunción en los ojos. La de abajo, menos, pero me la acabo de encontrar y casaba con el toro que hace tiempo tenía ganas de sacar aquí. Los colegas del caralibro ya la conocían.
jueves, 7 de octubre de 2010
Llevar a un tullido a un hospital
Vía Toro, forero y afición.
Siguiendo la tónica habitual con quienes se atreven a criticar, o más normal es que alguien llame a Esplá antitaurino en breve. Así nos va.
"Lo que queremos es llevar a un tullido a agonizar a un hospital. El toreo está en un estado catastrófico y necesita una depuración. Sería una insensatez llevar el toreo a Cultura"Esta y otras lindezas dice Esplá en una entrevista concedida a un portal de la cosa taurina. Nosotros, mientras, en los últimos meses nos hemos dedicado a meternos con la vida privada de los hideputas antitaurinos, culpables únicos de todos nuestros males, y hemos seguido ensalzando los indultos vergonzosos en plazas de cuarta, disfrutando de corridas de doceorejasysesisrabos cada dos por tres y alabando las cumbres del toreo moderno que se suceden sin solución de continuidad. Hasta que ves el vídeo y te das cuenta de que la cumbre, si no sima, no era más que una leve colina que, encima, ni estaba coronada por el toro de Osborne, que es de los que más trapío tienen de cuantos aparecen por las plazas en toda la temporada.
Siguiendo la tónica habitual con quienes se atreven a criticar, o más normal es que alguien llame a Esplá antitaurino en breve. Así nos va.
Marca.com
Si tecleas la dirección del Boletín Oficial del Estado (www.marca.com) aparece esto. Esta noche creo que hay una súpercena de gala en Madrid para presentar el nuevo perfume de Loewe con Cayetano.
lunes, 4 de octubre de 2010
Que no, que no he abandonado los toros
Va larguito, pedante y demagógico. Estáis avisados, no os quejéis luego.
Algunos amigos que incomprensiblemente siguen pasando por aquí después de unos pocas años me dicen que tengo abandonados los toros y me sugieren con dulces palabras (“¿es que ahora sólo te vas a dedicar al baloncesto de los…?”) que vuelva a ellos. Yo, en realidad, también he llegado a pensar que los había abandonado. Después del sábado sé que no es verdad. Yo jamás los he abandonado, fueron ellos los que me dejaron a mí tirado. Creo que todos sabemos de qué hablo.
La tarde del sábado no fue, ni de lejos, histórica, por muchos despojos que se cortaran (que encima pudieron ser hasta dos más si Morenito mata y Juan Mora no se enreda con el cuarto), pero fue intensa, emocionante, diferente.
Para empezar, no sonó ni un aviso. Y muchos se preguntarán qué narices tiene eso que ver con la intensidad, la emoción y todo eso. Pues yo no lo sé, pero una de las diferencias entre las dos orejas de Juan Mora y los tostones que vienen ofreciendo los siete magníficos, por ejemplo, fue la brevedad. La mítica docena de pases que sirve, se dice, para cortar orejas en Madrid; pues eso fue lo que hizo Juan Mora. Compárese esa docena, por favor, con los miles de derechazos poderosos, técnicos y capaces de los pererascastellasponcesydemás.
La otra diferencia, para mí la fundamental, fue la naturalidad. Desde que entró en la plaza, como ya hizo en San Isidro, Juan Mora parecía un maestro convencido (esta teoría la cuenta mejor Lorca) de que lo suyo es otra cosa. La forma de echar el capote, aunque luego salga un churro, de llevar el toro al caballo, de coger la muleta, de andarle al toro y de, vertical y relajado (pero no relajado de “ahoravoyymedesmayo”, como decía Vidal, sino de verdad) pegarle sin que se entere el toro una docena de naturales extraordinarios. De lo de llevar el acero y matar al toro exactamente cuando le pide y no después del paseíto, el buchecito de agua y el paseíto de vuelta, para qué hablar.
No se trata ahora de hacer que Juan Mora es el paradigma de torero, la esencia única de la fiesta, pero sí, creo, de aprovechar para que la fiesta se parezca un poco más a lo del sábado donde no había grandes figuras ni una ganadería de garantías. De hecho, la corrida Torrealta no pasó de vulgar. A la vulgaridad se sobrepusieron los toreros con su falta de ella. Mágico, la verdad.
Y esa torería de Juan Mora tiró de sus compañeros. Curro Díaz, el Curro de tantos aficionados de Las Ventas, el de los pingüis y las oportunidades perdidas, se apretó las tuercas y se puso a torear, sobre todo al quinto, que le anduvo siempre cerca de la entrepierna. Pensaba yo hace poco en los naturales de frente, con los pies juntos, que de vez en cuando daba Pepín Jiménez. Aquello nos dejaba un regusto en el corazón taurino y semanas de discusión sobre si se podía o no tener profundidad toreando de frente con los pies juntos. Yo nunca terminé de saberlo, pero sí sabía que aquello me gustaba. Era diferente. Pues mira tú por donde, va Curro Díaz y se pega la versión artística del arrimón pegando naturales de frente con los pies juntos. Aparte, ejecutó el volapié como le gusta a mi amigo Joaquín, sin saltos, sin salirse, volcándose y haciendo la cruz.
Morenito de Aranda también fue otro torero después de Juan Mora. No sé si exagero si digo que sus naturales al sexto fueron los mejores del año, los más largos, los más rotos. Seguro que exagero porque son los últimos. Me gusta este torero. También es diferente, con el capote y con la muleta. Creo que con los años va a crecer mucho, en cuanto se relaje y deje que le salga el toreo. Ojalá. Además, sale muy bien en las fotos.
Mató de un bajonazo infame y se quedó hundido, pero la tarde ya estaba echada. La mejor del año, sin duda. De un año en el que en realidad en Las Ventas hemos vivido de diez minutos, diez, de Morante, otro torero diferente.
Juan Mora cambió a sus compañeros, pero dudo mucho que cambiara nada más aparte de sus contrataciones para la feria del año que viene. Los siete del ministerio, los siete representantes del toreo son, casi, lo contrapuesto a lo que vivimos el sábado. Que sí, que son las figuras, pero con ellos, salvo escasas excepciones, emociones, las justas.
En ese grupo hay toreros que jamás serán capaces de hacer lo que hizo Juan Mora porque es sencillamente imposible, no lo llevan dentro. No pasa nada, esos toreros, grandes toreros muchos, deberían buscar la emoción y la diferencia en el toro, enfrentándose a los más duros, a los más exigentes. Sin embargo, año tras año, tarde tras tarde, se enfrentan a las mismas ganaderías, las de garantías, que aseguran tostones como los de la Feria de San Miguel o el pasado San Isidro, sin ir más lejos. Habrá gente a quien le guste eso, y hasta que lo cante, pero es que hay gente muy rara. O, más taurino, “hay gente pa’tó”.
Todo este coñazo venía sólo a decir que no, que no he abandonado los toros y que para que no los abandonemos todos, que es lo que se merecen tantas veces, sólo tienen que pasar cosas como las del sábado. Nada de corridas históricas. Mira la que montaron tres toreros modestos con una corrida vulgar. ¿Habrá tomado nota alguien aparte de los aficionados y los cuatro cronistas a los que por decir la verdad se tacha de antis? Mira que lo dudo. Ojalá me equivoque.
Disculpen ustedes la inaceptable extensión y la pedantería, pero es que después de casi dos meses sin decir una palabra de toros, parece que lo echaba en falta.
P.D.: El corrector automático del Word ha intentado cambiarme “Pepín Jiménez” por “Pekín Jiménez”. Y lo ha hecho dos veces. Qué poca vergüenza.
Como sabeís de sobra, hay mogollón de fotos más en Las-ventas.com.
Algunos amigos que incomprensiblemente siguen pasando por aquí después de unos pocas años me dicen que tengo abandonados los toros y me sugieren con dulces palabras (“¿es que ahora sólo te vas a dedicar al baloncesto de los…?”) que vuelva a ellos. Yo, en realidad, también he llegado a pensar que los había abandonado. Después del sábado sé que no es verdad. Yo jamás los he abandonado, fueron ellos los que me dejaron a mí tirado. Creo que todos sabemos de qué hablo.
La tarde del sábado no fue, ni de lejos, histórica, por muchos despojos que se cortaran (que encima pudieron ser hasta dos más si Morenito mata y Juan Mora no se enreda con el cuarto), pero fue intensa, emocionante, diferente.
Para empezar, no sonó ni un aviso. Y muchos se preguntarán qué narices tiene eso que ver con la intensidad, la emoción y todo eso. Pues yo no lo sé, pero una de las diferencias entre las dos orejas de Juan Mora y los tostones que vienen ofreciendo los siete magníficos, por ejemplo, fue la brevedad. La mítica docena de pases que sirve, se dice, para cortar orejas en Madrid; pues eso fue lo que hizo Juan Mora. Compárese esa docena, por favor, con los miles de derechazos poderosos, técnicos y capaces de los pererascastellasponcesydemás.
Si esto no es naturalidad es que ese concepto no existe
La otra diferencia, para mí la fundamental, fue la naturalidad. Desde que entró en la plaza, como ya hizo en San Isidro, Juan Mora parecía un maestro convencido (esta teoría la cuenta mejor Lorca) de que lo suyo es otra cosa. La forma de echar el capote, aunque luego salga un churro, de llevar el toro al caballo, de coger la muleta, de andarle al toro y de, vertical y relajado (pero no relajado de “ahoravoyymedesmayo”, como decía Vidal, sino de verdad) pegarle sin que se entere el toro una docena de naturales extraordinarios. De lo de llevar el acero y matar al toro exactamente cuando le pide y no después del paseíto, el buchecito de agua y el paseíto de vuelta, para qué hablar.
No se trata ahora de hacer que Juan Mora es el paradigma de torero, la esencia única de la fiesta, pero sí, creo, de aprovechar para que la fiesta se parezca un poco más a lo del sábado donde no había grandes figuras ni una ganadería de garantías. De hecho, la corrida Torrealta no pasó de vulgar. A la vulgaridad se sobrepusieron los toreros con su falta de ella. Mágico, la verdad.
Y esa torería de Juan Mora tiró de sus compañeros. Curro Díaz, el Curro de tantos aficionados de Las Ventas, el de los pingüis y las oportunidades perdidas, se apretó las tuercas y se puso a torear, sobre todo al quinto, que le anduvo siempre cerca de la entrepierna. Pensaba yo hace poco en los naturales de frente, con los pies juntos, que de vez en cuando daba Pepín Jiménez. Aquello nos dejaba un regusto en el corazón taurino y semanas de discusión sobre si se podía o no tener profundidad toreando de frente con los pies juntos. Yo nunca terminé de saberlo, pero sí sabía que aquello me gustaba. Era diferente. Pues mira tú por donde, va Curro Díaz y se pega la versión artística del arrimón pegando naturales de frente con los pies juntos. Aparte, ejecutó el volapié como le gusta a mi amigo Joaquín, sin saltos, sin salirse, volcándose y haciendo la cruz.
Morenito de Aranda también fue otro torero después de Juan Mora. No sé si exagero si digo que sus naturales al sexto fueron los mejores del año, los más largos, los más rotos. Seguro que exagero porque son los últimos. Me gusta este torero. También es diferente, con el capote y con la muleta. Creo que con los años va a crecer mucho, en cuanto se relaje y deje que le salga el toreo. Ojalá. Además, sale muy bien en las fotos.
Mató de un bajonazo infame y se quedó hundido, pero la tarde ya estaba echada. La mejor del año, sin duda. De un año en el que en realidad en Las Ventas hemos vivido de diez minutos, diez, de Morante, otro torero diferente.
Juan Mora cambió a sus compañeros, pero dudo mucho que cambiara nada más aparte de sus contrataciones para la feria del año que viene. Los siete del ministerio, los siete representantes del toreo son, casi, lo contrapuesto a lo que vivimos el sábado. Que sí, que son las figuras, pero con ellos, salvo escasas excepciones, emociones, las justas.
En ese grupo hay toreros que jamás serán capaces de hacer lo que hizo Juan Mora porque es sencillamente imposible, no lo llevan dentro. No pasa nada, esos toreros, grandes toreros muchos, deberían buscar la emoción y la diferencia en el toro, enfrentándose a los más duros, a los más exigentes. Sin embargo, año tras año, tarde tras tarde, se enfrentan a las mismas ganaderías, las de garantías, que aseguran tostones como los de la Feria de San Miguel o el pasado San Isidro, sin ir más lejos. Habrá gente a quien le guste eso, y hasta que lo cante, pero es que hay gente muy rara. O, más taurino, “hay gente pa’tó”.
Todo este coñazo venía sólo a decir que no, que no he abandonado los toros y que para que no los abandonemos todos, que es lo que se merecen tantas veces, sólo tienen que pasar cosas como las del sábado. Nada de corridas históricas. Mira la que montaron tres toreros modestos con una corrida vulgar. ¿Habrá tomado nota alguien aparte de los aficionados y los cuatro cronistas a los que por decir la verdad se tacha de antis? Mira que lo dudo. Ojalá me equivoque.
Disculpen ustedes la inaceptable extensión y la pedantería, pero es que después de casi dos meses sin decir una palabra de toros, parece que lo echaba en falta.
P.D.: El corrector automático del Word ha intentado cambiarme “Pepín Jiménez” por “Pekín Jiménez”. Y lo ha hecho dos veces. Qué poca vergüenza.
Como sabeís de sobra, hay mogollón de fotos más en Las-ventas.com.
viernes, 1 de octubre de 2010
Cría cuervos...
...y te coserán a triples.
Carlos Suárez (el cuervo): 21 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias en su primer partido de vikingo contra el Estu.
Tengo tantas cosas malas que decirle que sólo se me ocurre rendirme al pedazo de jugador que es. Que pena que juegue en ese equipo tan feo.
Dedicado con cariño a Israel de Pedro y a Gustavo, tíos majos donde los haya que, inexplicablemente, son seguidores de ese Club de Fútbol.
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