Desplantes

Ya se celebró la primera de la temporada en Las Ventas. Se lidió un encierro de José Luis Pereda y La Dehesilla, hierros hermanos por el artículo 5 bis o algo así, ¿no? La novillada no fue ni buena ni mala, pero sí mucho mejor, me parece, que lo que hicieron ver los novilleros. El primero se dejó media vida debajo del peto. Protagonizó dos de las más largas peleas que recuerdo. El último fue el novillo soñado por los toreros, tanto, que al afortunado le pilló dormido y sólo cortó una oreja festivalera cuando tuvo en la mano dos clamorosas.

José Manuel Mas. El arte del desplante.

Entre el primero y el último se lidiaron otros cuatro novillos, unos más dulces que otros, sin más.

Tenía muchas ganas de ver a Arturo Saldivar porque todo el mundo aseguraba que estuvo muy bien en la última del año pasado. Sigo teniendo ganas de verlo, porque me da que el domingo no lo vi. Valor tiene, eso seguro. Saldivar es este chico que está a punto de calarse la montera.

Abel Valls toma la alternativa ya mismo. Lo único que me quedó claro es que desde su desmesurada altura se tira a matar con ganas. En esa suerte sí lo veo preparado para el reto.

Contó con los consejos de quien será su padrino de alternativa, Matías Tejela, con quien comparte apoderado: Enrique Patón. Tejela es el que está desenfocado detrás de Valls, que también está desenfocado y se le reconoce porque va de oro y, borroso y todo, le saca media cabeza a Tejela. El único con foco de toda la escena es el alguacil que asoma su vara por las tablas sin que, casi seguro, nadie le haga caso.

Este de arriba vuelve a ser Arturo Saldivar y pongo la foto porque me gusta, sin venir a cuento de nada, porque no tengo nada mas que decir. De hecho, dudo de que realmente tuviera que haber escrito ni una sola palabra de las que hay más arriba. Lo que pasa es que como ya lo he hecho, voy a darle al botón de "Publicar entrada". Lo siento.

Nota: La entrada se llama "Desplantes" porque en el inicio iba por otra historia. Luego la cambié sin hacer lo mismo con el título. La cabeza, que no me da "pa'todo" (que no es mucho, encima).