La jugada del partido... y yo a por uvas

En grande se ven, más o menos, todos los fotogramas

No fue la jugada decisiva, ni siquiera importante, pero para las fotos era, sin duda la jugada del partido y me pilló "haciendo arte"*. Durante un rato me maldije, porque si en vez de arte hubiera estado haciendo fotos ahora tendría una secuencia de media docena de estampas cojonudas del mejor mate que recuerdo de un jugador del Estu en un par de temporadas.

Aún así, las dos recuadradas en rojo tienen su punto. "Artístico" (ponedle más comillas, no os cortéis), pero punto al fin y al cabo.

El rollo del barrido es que alguna zona del objeto (persona humana en este caso) en movimiento quede bien definida. Eso se consigue adecuando la velocidad del movimiento de la cámara con la del objeto . Si no hay zona definida, la cosa es un churro total. Si la hay, puede ser un churro parcial como éste o incluso que algún inocente bienintenconado piense que te ha salido un fotón.

Es decisivo el tiempo de exposición. Si es muy largo, lo normal es conseguir una holografía o un amasijo de colores sin mucho sentido. Si es muy corto, el barrido es imperceptible y la foto no es ni convencional ni "de arte". Vamos, ni chicha ni limoná. En realidad, una foto movida. En estos ejemplos se ha quedado un poco largo. Quizás una velocidad un pelín más rápida habría dado un churro un poco mejor.

El mate ha salido como la quinta mejor jugada de la ACB de la semana. No recuerdo cuánto tiempo hacia que el Estudiantes no estaba como protagonista en esos vídeos que tanto gustan a los frikis del basket. Lo normal es que salgamos, pero siempre intentando defender (malamente) una jugada que termina en mate estratosférico del rival de turno.

Esta tarde jugamos (bueno, juegan) en Manresa. Vamos (van) a necesitar de estas y de las importantes que no son como esta. Estaría muy bien ganar, la verdad.

* "Hacer arte": dícese del momento en el que el avispado fotógrafo se cree de que la fotografía convencional se le ha quedado estrecha y decide ampliar horizontes poniendo valores irracionales en la apertura o el tiempo de exposición (o en los dos a la vez). Lo normal es que salga un churro y que además, por el camino, pierdas algunas fotos buenas. Lo extraordinario es que salga alguna que valga para algo.