Los de Carmen escuchando a su entrenador antes de que empiece el partido.
Los ojos de Mariana, que buscan a Carmen para salir al contraataque.
Los de Quino, buscando alguien de azul entre la marabunta canaria.
Los de Sara, que los cierra para visualizar el tiro libre.
Los de Alba Elena y Kyle, que se toman un respiro en medio de la batalla.
Los ojos de Elena y Guille, fijos en el aro, deseando que entre la bola.
Y otro tiro libre, el de Rocío, antes del partido, con los ojos en el aro y la cabeza en el salto inicial.
Los de Darío, que echa la vista atrás con necesidad de encontrar un compañero al que pasarle.
Kyle, con los ojos clavados en los del rival, pensando por dónde jugársela.
Los de Marco y Eulis, que luchan como los brazos y las piernas por ese rebote.
Los de Irene, que mira a sus compañeras después de perder en un final apretado.
Y los ojos de Andrés, que miran jodidos y se lamentan mientras aplaude a la Demencia después de la derrota.
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