Juan Miguel Sánchez Vigil es otro torero que carga la suerte con el obturador. Lo suyo, cámara en mano, es el toreo íntimo, aunque esto tendré que verificarlo con él en una larga charla sobre fotografía taurina que aún no se ha producido. Difícilmente elegirá entre sus fotos un lance en el ruedo, una verónica, por primorosa que sea, o un natural. Basta ver las fotografías que me ha mandado para saber de qué hablo. A Juan Miguel le gusta lo que, según él, los taurinos le llaman “mariconadas”. A mí, que aunque soy un poco burro no soy taurino, me parece arte. La fotografía de la capilla que abre el post recibió el año pasado el primer premio del concurso que celebró la Comunidad de Madrid sobre los 75 años de Las Ventas.
Sus fotos tienen siempre una composición cuidada y miran a un sitio diferente que el común de los fotógrafos que nos acercamos a la plaza. Como todo lo que yo diga sobra, mejor veis las fotos, que os ilustrarán mucho más sobre Juan Miguel, a quien llamarle fotógrafo es reducir a una parte mínima los campos en los que representa una autoridad. Fotógrafo, escritor, documentalista y profesor (que yo sepa). Y todo lo hace bien el tío. Yo de mayor me quiero parecer a él, porque además es una excelentísima persona.
1 comentario:
¡qué bonitas las fotos! ese reflejo tiene mucho duende... olé!
Publicar un comentario