martes, 24 de febrero de 2009

Animales salvajes

Tigre

De verdad, no os hacéis una idea de lo acertado que es eso del "olor a tigre". Apesta, la verdad. La manga de la camisa no es mía.

Tigre

Os prometo que no había nada entre el tigre y yo y que las fotos están hechas con un objetivo de 50 mm. Es decir, cerquita.

Para no quedar como el valiente que no soy, he de decir que la tigresa era una bendita. Se dejaba tocar y todo. Tiene su punto eso de acariciar a un tigre. Aunque te juren que no hace nada, cuando se gira y te mira a los ojos...

Nota: Algo habrá que hacer para matar el tiempo mientras empiezan los toros, ¿no?

5 comentarios:

Joséphine Douet dijo...

Y eso???

Yannick Olivier dijo...

Brrrr. Yo me quedo con los toros al campo. Por supuesto de referencia en el coche...

Anónimo dijo...

Maestro, ¿cuajó usted a la tigresa? ¿Se dejaba torear por bajo?

manon dijo...

La tigresa era mansa con ganas. Yo creo que hasta el vi el hierro de Sepúlveda. Faena de aliño y, no a matar, porque tampoco era plan de hacer una carnicería, pero a otra cosa.

De Blanco Y Azabache dijo...

Manon.... que mirada tiene la tigresa...estupendas tomas.Por cierto el reportaje anterior me ha encantado¡¡enhorabuena.
Salud