domingo, 11 de octubre de 2009
Una tarde sin alma
Este chico es Javier Cortés, que se ha proclamado vencedor del certamen Ocho Naciones y que lo pone directamente en la Feria de San Isidro de 2010, algo por lo que lucharán durante todo el invierno alrededor de un centenar de toreros (no creo exagerar demasiado). Si no llega a ganar, no sé qué cara se le habría quedado. Cierto es que en el momento de la foto no sólo no sabía que iba a ganar, sino que le acababan de dar dos avisos y él debía de tener la impresión de que la había pifiado.
Ha sido una tarde como floja. Los novillos de Antonio San Román, ni buenos del todo ni malos del todo. Noblotes, sí; mansurrones, sí. Lo mismo que los novilleros. Ni bien ni mal.
Miguel Hidalgo tiene un tic muy extendido en el toreo moderno. Pase lo que pase, en cada tanda sale de la cara del novillo jaleándose. Lo mismo da que haya pegado cinco trapazos que cinco naturales heroicos. Hoy, ni lo uno ni lo otro, pero siempre jaleándose. Los "equipos técnicos" de todos los toreros del mundo, desde el primero del escalafón hasta el becerrista que da sus primeros pasos, machacan los oídos de los maestros: "Niño, véndelo". Y el niño va y se jalea. Pues vale. Los turistas pican y aplauden. Los aficionados pasan. También pasan de jalearse algunos toreros especiales. Se me ocurren tres a bote pronto: Esplá, Morante y José Tomás. ¿Algún otro nombre?
Yo también he estado bastante desalmado esta tarde. No en el sentido moral del término, ojo. Lo cierto es que no me ha salido ni una. Es bastante normal cuando no he tirado ni una con intención. Vamos, que he estado hecho un vago de siete suelas. Mañana espero que sea mejor.
En el punto com de la plaza está la muestra.
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