Ulivé (Oliver) se merecía el abrazo porque metió la última canasta que ponía arriba al Estudiantes por un punto a falta de tres segundos.
Oliver se lió a dar vueltas; mareó a su defensor, a los de las ayudas, a los seguidores del Estu y a los fotógrafos, pero logró el objetivo: los dos puntos. Prueba de lo del mareo es que esta es la única foto que tengo de la jugada. No sé en qué estaría yo pensando con uno abajo y el balón decisivo. En las fotos no, casi seguro (bien visto, es bastante raro incluso que tenga esa foto).
¿El gigante del partido? El de siempre. Con unos numerazos de quitar el hipo y una influencia cada vez mayor en el juego. Qué poquito nos queda de disfrutarlo... Muy buen partido de Germán, que dio un sustillo, apañado de Pancho, que lucha siempre por tres, y muy discreto de los demás. A Oliver, por ejemplo, le salvó del desastre esa última canasta. No está mal.
Seguimos firmes hacia los playoffs aunque esta mañana hemos estado muy cerca de sufrir una zancadilla.
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