miércoles, 8 de septiembre de 2010
Ba-lon-ces-to
Aunque se está jugando un torneíllo de segundo orden en Turquía durante estos días, la pelota está desde ayer en el aire para el Estudiantes de la temporada 2010-2011. Ya era hora. Alucino con las vacaciones de los equipos ACB. Dejan de jugar en mayo, algunos muy pronto, y no vuelven al curro hasta la segunda quincena de agosto. Luego en los primeros partidos de la temporada siempre dicen que no están rodados, que están haciendo pruebas... ¡Coño, empezad antes!
Lo más interesante de la pretemporada es ver a los nuevos. Este de arriba es Asselin, pivot dominicano de 2'11, con buena manita por fuera y muchas incertidumbres por dentro. Fue un buen jugador, cogió un porrón de kilos y pasó a ser un ex-jugador (como Garbajosa y Mumbrú, por ejemplo). Ahora asegura haberlos perdido y estar muy ilusionado con el Estudiantes. Es su último tren.
Ty Ellis. Estudiantes, como se sabe, es un club de cantera que apuesta por los jóvenes valores formados en el Ramiro. 33 añitos en octubre, lo más cerca que ha jugado de la calle Serrano es Sevilla. Espero que, por lo menos, fuera a ver al Betis. Tirador correcto, buen defensor, se cuida mucho físicamente. Ilusión, lo que se dice ilusión, no hace. Es un fichaje fiable.
Marc Blanch, 28 años (otro joven canterano). Viene de hacer numeritos en la LEB Oro. Se marcó un gran partido en ataque y fue el máximo anotador. Tendrá sus minutos, pero no creo que vayan a ser demasiados. Es un fichaje muy acorde con la situación económica del club, que es bastante ruinosa.
Como andamos un poco justos de efectivos (faltan fichajes, Pancho y el chico que se va al Madrid no podía jugar) se completó la plantilla con dos jugadores del EBA, estos sí canteranos. Edu Martínez, un tres del que se hablan maravillas y que ayer demostró atrevimiento. Este sí ilusiona.
Pero la verdadera revolución del partido fue Jaime Fernández, base, 17 años. Un jugón descarado y con recursos. Si no me equivoco hasta clavó un par de triples. Casimiro se jugó con él los últimos minutos y, bingo, se ganó en un final ajustado. Yo diría que él tuvo bastante culpa. Es muy pronto, sólo ha sido un partido, pero la parroquia ya tiene nuevo ídolo. Hasta en el el rival se han fijado ya en él. Lo dice su boletín oficial. En principio alternará el EBA con el ACB. Con la cosa esa que jugaremos en Europa puede ser un gran año para él.
Y sí, estaba por allí Carlos Suárez, el nuevo chico de blanco. Esta es la foto metáfora. Jaime Fernández, el que llega, choca la manos con Carlos, el que se pira. Deja en las arcas un dinerillo, un agujero enorme en el equipo, que a saber cómo se va a llenar y una nueva decepción para la afición. Que su marcha a cualquier otro equipo habría dolido, pero al vecino de enfrente mucho más. Se asegura que se queda en Madrid porque es un chico muy familiar y quiere estar cerca de los suyos. La chavalería al completo queriendo pillar una beca para irse de su casa y este, que lo tiene a huevo, prefiere quedarse para seguir comiendo las albóndigas de su madre y soportando a Messina. En el pecado llevará la penitencia (Vidal, Hansen, Dasic, Bullock, Kaukenas, Velikovic, Lavrinovik y hasta Reyes lo sufrieron el año pasado).
Pasó todo el partido sentado en el banquillo, aplaudiendo, animando y aguantando con cara de poquer los pocos cánticos que le dedicaron. Yo pensaba que le iban a dar más caña.
Le deseo la mejor de las suertes y, por supuesto, que pierda todos los partidos posibles en su nuevo equipo. El primero, el 30 de este mes, en la nueva casa del Estudiantes.
Más o menos a la misma hora el capitán de Estudiantes hizo un partidazo dentro del enorme choque que fue el Argentina-Brasil del mundial. Hasta ahora le estaba saliendo un torneo chunguillo. Ayer se quitó de encima los nervios y en las dos canastas fue un jugador muy importante para su equipo. Impresionante sus dos triples seguidos con seis abajo. Ganó Argentina, que es mi equipo en Turquía, pero aunque hubiera perdido no habría disminuido apenas el placer de ver un partido como ese. De verdad, sensacional. Scola está siendo de largo el mejor jugador del torneo. Marcelinho Huertas ha crecido y ahora es un súper jugador de baloncesto. Ya lo demostró en la final de la ACB. A la cita sólo faltó el mejor Splitter, pero es que aparecer cuando te defiende Oberto, debe de ser la mar de difícil. Y doloroso.
Todo esto lo cuenta mejor que yo Jacobo en su blog.
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