En la pretemporada todo es un poco difuso. El equipo va dando señales, pero no son claras. Menos aún este año que la plantilla no está cerrada y que el último fichaje, de momento, sólo entrenó un par de veces antes de su primer partido.
El fichaje en cuestión es Jiri Welsch, un jugador checo del que, creo, siempre se tuvo la impresión de que era mejor de lo que los números decían. Pero sus números, tozudos, se empeñaban en afirmar año tras año que tampoco era para tanto. Aun así, cinco temporadas en la NBA (en una de ellas más de 25 minutos y casi 10 puntos por partido) y otras pocas en Unicaja. Nos llega con 30 tacos, 31 dentro de nada. Igual es su momento. Aquí, desde luego, tiene que ser un tipo importante. Más nos vale.
Sí, la foto, sobre todo el procesado, es muy discutible
Otro recién llegado es Pancho Jasen, el capitán. Pensé que no iba a jugar, pero parece que ha vuelto enchufado del mundial y se marcó 21 puntitos en un magnífico partido. Si Welsch (ya apodado Raquel por razones obvias) va a ser importante, Pancho ni te cuento. Si no llega un fichaje muy sorprendente veo que el equipo va a estar en sus manos en un número muy alto de partidos.
Josh Asselin (el único al que se le ve la cara en la foto) también tendrá que echar horas extras anotando y reboteando. ¿Podrá? Ya lo iremos viendo.
Según se ha planteado el año, puede ser el de los chavales. El que más papeletas tiene, por ahora, es Dani Clark. Ha hecho un buen verano con su selección y tiene ya suficientes años de ACB y Estu, aunque sea en el banquillo, como para que se le pueda exigir. ¿Le dejará Casimiro que se desarrolle al fin? Otra incógnita a resolver.
Ilusiona mucho a la parroquia Jaime Fernández, tierno base de 17 años recien aterrizado en el ACB. Se le ve mucho descaro, pero igual es mejor no apuntarle con muchos focos. Como hay competición europea igual disfruta de minutos en ella.
Para terminar, un par de tomas falsas. El señor colegiado recibió un empujón y rodó por el suelo. Dos detalles importantes: Al tío no se le cae el pito de la boca y antes de levantarse, ¡saluda!
Albert Oliver parece chivarse y señalar al culpable (que fue justo Salgado, ese jugador del Lagun Aro al que señala). Pero no, discuítían por un balón fuera de banda en otra jugada.
Unas pocas fotos más en Flickr. Magnífica la luz del Magariños. Para una cena romántica, digo; para hacer fotos, un horror, oiga, Será cosa de la deuda.
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