Novillos como este se lidiaron en la final de las novilladas nocturnas de Las Ventas. No creo yo que se viera tal seriedad en alguna plaza del sur en la que se montó un sonoro escándalo al rechazar un encierro. Los matadores querían lidiar una descomunal corrida y no les dejaron porque excedía el trapío estipulado para la plaza. O algo así.
Al final ganó Juan Pablo Sánchez, mexicano él, que estaba bien sonriente en el túnel de cuadrillas.
La novillada fue la mar de noble, en general, pero dio para que los novilleros pasaran sus fatiguitas. También mansa y justa de casta.
Juan Pablo Sánchez ganó por oficio. Tiene valor, eso seguro. No toreará en otoño en Madrid, que es el premio, porque antes tomará la alternativa. No sé si tiene tanto oficio, pero sus apoderados, los Lozano, lo sabrán mucho mejor que yo. Deben de tenerle mucha fe al chaval porque le han acompañado los tres de la última generación de la familia en sus dos tardes en Las Ventas. Vamos, que han hecho un buen despliegue.
Damián Castaño, hermano de aquel valiente Javier Castaño que los Chopera se cargaron, tiene claro que quiere ser torero. No es la mejor tarjeta de presentación, pero a mí me gustó**. Se llevó dos revolcones, el segundo con una seria cornada, al entrar a matar sin darse cuenta de que hay dejarse algún hueco para salir de la cara del toro porque si no sales por arriba, que siempre es peor. Él sí toreará en la Feria de Otoño. El premio corre turno.
Toreó también Antonio Espaliú, apoderado por Miguel Flores, un señor al que le gustan los toreros diferentes. Pues este Espaliú se ve que puede serlo. Maneja muy bien el capote (lástima esa patita pa'tras, eso es una causa casi perdida), pero con la muleta se desinfla a medida que va siendo incapaz de resolver los problemas que le ponen los novillos.
Con la espada, un calvario, oiga. Aun así, apetece verlo cuando esté más fogueado.
Hubo, además, muy buenos banderilleros en el ruedo, como Luis Alberto Aponte "Candela"
O David Adalid, que siempre que pasa por Las Ventas se desmontera.
Y para terminar, una flor. Bueno, dos.
** Lo que quiero decir que no es la mejor tarjeta de presentación es que a mí me guste, no que el chico quiera ser torero como, por mi torpeza, también puede entenderse. Disculpen.
1 comentario:
Estuve en la corrida del sur que se menciona en el post y puedo confirmar que los hechos son tal cual se relatan en este siempre fiable blog.
Y añado, no debería limitarse el trapío de los toros. Si son como catedrales, que sean.
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