martes, 5 de julio de 2011
Luis Miguel Casares
Estaba en el cartel con los dos gallitos de la novillería: Juan del Álamo y Víctor Barrio. No le llegaba la camisa al cuello.
Y luego andaba medio mosca, mirando a los lados.
La cosa terminó para él con una cornada de 15 centímetros que, seguramente, le valdrá la repetición. Los otros dos, los gallos, no salieron mucho mejor parados, aunque sí ilesos, y lo normal es que no vuelvan pronto porque tienen la alternativa próxima. Yo no los veo de figuras. Ni cerca. Ojalá me equivoque.
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