Colmenar. Tercer viaje.

Este es el patio de caballos de La Corredera, la plaza de Colmenar Viejo.

Donde, mientras llegan y se lían los toreros, se oyen los solos de trompeta de este músico, que se entretiene hasta que empieza la corrida.

Ayer se lidió una novillada de Monte la Ermita (procedencia Jandilla) , justita de fuerzas y sobrada de dulzura.

Toreó José Manuel Mas. Qué carita tan poco expresiva tienen (todavía) los novilleros. Con el paso de los años los toreros se hacen mucho más interesantes para fotografiar.

El cuarto salió claudicante, pero milagrosamente se vino arriba. Terminó embistiendo sin descanso y Mas toreando así de largo. Me gustó. Mucho.

Y me alegró, porque no me lo esperaba.

El triunfador numérico del festejo fue Miguel Tendero, que cortó una oreja a cada utrero.

Me gustó bastante menos.

Se llevó una voltereta de mucho susto, de esas en las que la caída se intuye mucho más seria que la posible cornada. Por fortuna, sólo le dolerá todo el cuerpo durante unos días.

Juan Carlos Rey, novillero local, francamente engominado.

Su primer novillo le hizo cosas muy raras.

Y él no anduvo mal. Pareció menos toreado que sus compañeros y preocupado en exceso por componer la figura, desde el cite hasta la salida de la cara del toro. Se llevó una orejita en el esportón.

Este banderillero, José Luis de los Reyes, lleva en el corbatín bordada una cruz de hilo. No se ve mucho esto.