Se acabó. Alcurrucén

Muy buena corrida de Alcurrucén para terminar. El de la foto es el primero, que tuvo la "suerte" de caerle a Ferrera. Un gran toro en el último tercio, magnífico. Ganaron los toros por goleada.

Y sí, hay que seguir hablando de fútbol porque Ferrera celebraba sus pares como goles que evitan el descenso en el último minuto. Es un torero honrado que hace lo que sabe y lleva dentro. Lo que pasa es que eso no vale para Madrid, ni siquiera un domingo. Menos con un toro como el primero.

Tejela es un torero complejo que tiende a la espesura en cuantos se descuida. Ayer se descuidó. Siempre me parece que puede hacer mucho más. También me parece que está enfadado con el mundo. No suele ser buen camino para nada.

El triunfador de la tarde fue Rubén Pinar. Torero de grito fácil y pagapasismo fluido, conectó la mar de bien con el público pachanguero que llenó la plaza. No dio ni uno a dos buenos toros, pero cortó una oreja de cada uno. La explicación debe de andar por las ganas de fiesta de la gente, el conocimiento justito y la reacción al "muuuuuuuy maaaaaaaaaaal" de Fausto, que generó una ola de simpatía y apoyo al sin par espada que estaba descubriendo el arte de Cúchares a los asistentes.

Había que oír los "olés" de un señor que tenía un par de filas por encima de mí. Lo mismo le daba un banderazo que un pase con el toro a dos metros del cuerpo de Pinar, todo lo jaleaba con igual intensidad. Es de suponer que ese docto aficionado no acudió a la plaza los días de Morante o Esplá. Su sensible corazón, sin duda, no lo habría soportado.

Y con esto se terminó el maratón. No puedo negar que estoy contento. A partir del jueves más, pero esas ya son de una en una.