lunes, 4 de agosto de 2008
Adiós a las nocturnas. Me alegro, francamente.
Se acabaron las nocturnas. Me alegro. No por nada, sino porque el próximo domingo la luz volverá a los objetivos y podré hacer, dentro de mis posibilidades, cinco o hasta seis toros dignamente, no a oscuras.
La parte buena es que ya tengo el título de mi primer libro de fotografía: "La temperatura de color y la madre que la parió" (Ya sé que el chiste es viejo, ya lo sé). Es absolutamente imposible acertar con ella cuando se encienden los focos. Los primeros minutos la luz natural se cuela y al mezclarse con la artificial se monta un buen cacao. Esto es normal. Lo que no es normal es que la luz esté repartida de forma completamente aleatoria. Es como si un mono se hubiera dedicado a desviar los focos de sus direcciones correctas. Fijaos el próximo día que tengáis oportunidad. Veréis que hay agujeros negros, zonas oscuras a las que la luz apenas llega. Si para el ojo es malo, para las fotos, ni os cuento. En fin, que se han terminado y el domingo que viene, esto es lo chungo, habrá menos excusas para no sacar alguna foto buena.
En lo estrictamente taurino, salieron cinco novillos de ensueño para los toreros que no fueron aprovechados. Abrió el cartel Mario Aguilar, del que un espectador, al terminar, salía diciendo que era "mubruto". Estoy de acuerdo. A su primero, dechado de bondad, culminación perfecta del toro moderno de inacabables y dulces embestidas, lo atosigó y terminó subido encima de él casi pegado a las tablas.
Ganó la cosa competitiva Javier Cortés, que se llevó bien con el bombón segundo y pasó un tragito con el bravo y serio quinto. Fue un justo vencedor, aunque debió salir en hombros. Creo.
El tercero en liza era Pablo Lechuga, que tampoco le hizo honor al primero de su lote. Le cortó una oreja, apoyado por el mucho paisanaje que poblaba los tendidos.
A mí de estas nocturnas me ha quedado poco recuerdo de los contendientes, pocas fotos que me gusten y la frustración de un fotón que no salió por un segundo, por un centímetro o por vaya usted a saber qué unidad ridícula de medida. En la pantalla de la cámara se veía soberbia, pero una vez abierta le faltaba foco. Ahora, sin foco y todo, la tengo puesta como fondo de pantalla para que no se me olvide ir a por ella hasta que me salga perfecta. Merece el esfuerzo, lo prometo.
Una tonelada de fotos de esto en las-ventas.com.
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5 comentarios:
Manón, un resumen perfecto del festejo que vimos ayer. En lo único que discrepo es en la Puerta Grande de Cortés. Por lo demás, coincido en todo.
Y por cierto... espero que el próximo domingo, que volvemos a la hora normal, el calor nos respete un poco más que ayer, porque, francamente, anoche el calor era insufrible.
Un abrazo
Creo que no me has entendido bien. Me refiero a que con ese lote debió salir por la Puerta Grande, no a que me parezca mal que el presidente no le concediera la oreja de su primero. sus novillos fueron, cada uno, para cortarle las dos orejas sin correr mucho. Creo.
Coincido en lo del calor, pero sospecho que empezando una hora antes, la semana que viene se agravará.
Otro abrazo pa ti.
Lo de las Novilladas nocturnas no se creo que solo se deberia hacer la final en las Ventas
por lo demas estuve en la anterior de Pablo Lechuga y casi se pegan unos y otros,fue un poco penoso ver a guiris aplaudiendo por que habia salido el toro o ver como un crio tiraba una alhmoadilla por que su papa le queria sacar una foto.
Me fui tan descontento que pensaba ir a la final pero al final preferi verlo en casita con una cervecita,jejeje.Pensaba que Aguilar podia a haber roto la tarde pero bueno
Un abrazo
Manón, toda la razón del mundo, no lo entendí bien. Eso si, tienes razón, pues le tocaron dos buenas perlas para triunfar, sobre todo en el quinto.
Nos vemos el domingo entre este insoportable calor
Otro abrazo
Hola Juan
he creado otro blog(sobre Perera) intentare llevarlo lo mejro posible,te agregado para que la genet conozca lo bueno q eres
Un abrazo y Gracias por todo
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