lunes, 10 de agosto de 2009

9 de agosto. Atanasiones de Javier Pérez Tabernero

Toro de Javier Pérez Tabernero

Atanasiones mansos, alguno (uno o dos, no más) con cierto genio. La mayoría rajados. ¿Lo esperado? Una conocida voz del tendido pidió al mayoral que tomara nota. Supongo que lo que pedía es que los progenitores del sexteto de ayer no volvieran a ejercer sus funciones y pasaran a ser servidos en una buena mesa. ¿Alguien sabe si los solomillos de un toro muy bravo saben mejor que los de uno muy manso?

Alfonso Romero

Alfonso Romero nos maravilló una tarde en Las Ventas, hace ya unos pocos años. No recuerdo si fue un 15 de agosto, un 12 de octubre o una fecha sin más significado particular que su magnífica actuación. Lejos quedan esos tiempos.

Alejandro Amaya

De Alejandro Amaya siempre se leen maravillas de su temporada en tierras americanas. Ocho años después de su alternativa, confirmó ayer. Se le dan mejor, por lo visto, las plazas del otro lado del charco.

Antón Cortés

Antón Cortés se encomienda con frecuencia al Altísimo.

Viento

En descargo de los toreros hay que decir que el viento anduvo tocando las narices toda la tarde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí, mejor dejémoslo en que el viento molestó durante toda la tarde. Los toros desarrollaron genio y mansearon, pero no más que muchas de las ganaderías que han pasado por aquí, al menos transmitieron emoción a los tendidos, hubo algún derribo en el caballo y no se cayeron, lo cuál es bastante habida cuenta de lo que nos traen por aquí. Los toros mansos también tienen su lidia y todos entraron a la muleta, otra cosa es el quehacer de los toreros. Unos toreros que no arriesgaron, a excepción de ciertos momentos de Romero en el cuarto, y que aburrieron a los espectadores. Lo que sucedió es un fiel reflejo de lo que ocurre en el toreo actual, la mayoría sólo sabe pechar con carretones con patas medio moribundos que no hace un mal gesto al torero pero cuando salen toros que presentan el más mínimo problema no saben qué hacer con ellos, no saben qué terrenos elegir, ahogan las embestidas y los masacran en los caballos. Por mi parte repetiría a los de Javier Pérez Tabernero pero no a los toreros.