domingo, 19 de mayo de 2013

Talavante, Victorino y 23.500 más. Y los de la tele también, claro.

talavante-toro


Pues eso. Por orden de mayor a menor, los que se llevaron ayer una gran decepción: Talavante, Victorino, 23.500 que pagaron su entrada por ir a la plaza, los que lo vieron por la tele, los que no pudieron verlo, pero les ilusionaba.

A todos los que estábamos allí currando no sé exactamente dónde situarlos. Yo me volví a casa bien jodido. Me apetecía mucho que saliera bien. Nos lo merecíamos todos. Empezando por torero y ganadero, los que más apostaban.

Desde que terminó la corrida he oído y leído cosas raras. Taurinos que se mofan de la pasta del anuncio y que parecían contentos; gente que piensa que a los protagonistas de la historia se la sopla quedar bien o mal, que una vez que el bolsillo está lleno todo vale. No lo pillo. Yo no hago así los trabajos que me importan, en los que me implico. Supongo que alguien que, además, se juega la vida, tampoco.

Que sí, que Talavante estuvo mal. Que sí, que la victorinada fue de una vulgaridad que duele. Sí. Pero estoy seguro de que a nadie más que a ellos les molesta su fracaso. Decía Talavante al irse, con la mirada bastante perdida, "una tarde más de las que no pasa nada en Madrid". Mentira. Algo tenía que decirle al del micro y se le ocurrió eso. Pero iba muy tocado.

Y no sé qué cojones hago yo haciendo de abogado del diablo, pero es que no soporto a la gente que se regocija del fracaso de la gente que toma decisiones valientes. Y esta lo era. Por muchos euros que se hayan embolsado. Hay cosas que no se miden por la pasta. Al menos quiero creer que eso es cierto.

P.D.: Alegrarse de las derrotas del Madrid sí es lícito, que quede claro.

1 comentario:

Manuel dijo...

Sin ser uno un gran entendido y a riesgo de escribir una banalidad, mi sensación fue que Talavante no pudo con la corrida. Le vi sin recursos. Pero estoy de acuerdo contigo en que hizo una apuesta fuerte y arriesgó mucho con ello. Y eso es digno de alabar. Y de quedarse en la plaza hasta que se retirara y aplaudirle, no pitarle. Un aplauso por la apuesta que hizo, aunque la perdiera. Por que si no, ¿quien va a volver a apostar? ¿y para qué?

Un saludo y gracias por tus fotos y comentarios!!