lunes, 21 de enero de 2008
Me gusta el fútbol...
La foto no vale un pimiento, pero me ha hecho gracia encontrármela. Ya sé que a algunos no os parecerá nada gracioso que una pelotita de fútbol ruede por la arena de Las Ventas. A mí, en el fondo, tampoco, pero casi cinco años más tarde, he sonreído un poco cuando la he visto.
Esa tarde, 22 de mayo de 2003, se encontraba en el callejón, en el burladero de apoderados o muy cerca, Raúl, amigo íntimo de Ponce. ¿Tirarían el balón por la presencia del verdugo del atleti?
Lleva el esférico Mariano de la Viña, banderillero de Enrique Ponce. Pensaba que se lo habrían tirado mientras el matador daba una vuelta al ruedo, pero no. El lanzamiento fue totalmente gratuito; Enrique Ponce no dio vuelta alguna. Las opiniones se dividieron a la muerte de su segundo y, como dicen ciertos cronistas, "fue silenciado" en el primero.
Un medio de conocida benevolencia en sus juicios aseguró que el encierro de Alcurrucén "careció de fuerza y raza". ¡Cómo estaría! Afirma también, esto más en su línea, que las protestas del tendido no dejaron apreciar "una faena trabajada y pulcra" de Ponce. La faena esa ya me la sé. Qué sopor. Naturalmente, sonó un aviso. Las faenas trabajadas acaban siendo largas.
Sólo un apunte más. Los toros, hasta donde yo sé, no tienen raza, que es cosa más canina. Los toros de lidia tienen (o no) casta. La sutil distinción no es mía, sino de Joaquín Vidal, que lo recordaba con notable mala leche en su redacción cada vez leía a uno de sus "colegas" hablar de la poca o mucha raza de los toros (de lidia). La anécdota me la contó Emilio Martínez, que trabajó unos pocos años con él.
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3 comentarios:
y es cierta la anécdota que cuenta Martínez. Yo la viví en carne propia cuando era corresponsal de El País y en una crónica escribí: "Eso de raza es de taurinos nuevos, lo clásico es casta", dijo el maestro.
Me habeis ganado por la mano. Tenía en mente escribir algo sobre los nuevos vocablos: raza, calidad, colaborador, etc. y, sobre todo, TOREABILIDAD. Se me ocurrió el jueves pasado en la tertulia de la asociación de El Toro de Madrid
Si, hay muchos vocablos que deberían ser expulsados de las crónicas taurinas, o al menos utilizarlo sólo cuando el juego de los toros es manifiestamente impúdico.
Una de las definiciones que más rabia me da es esa de "se dejó", que de repente es bueno en un toro de lidia, cuando, si no me equivoco, un toro que "se deja" no debiera pasar de la categoría de babosa. Se utiliza mucho en la forma "Sólo se dejó el primero (por ejemplo)...", para decir que los demás fueron muy malos porque "no se dejaron".
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