¿Por qué los novillos lidiados en Moralzarzal tienen más presencia que algunos de los "toros" que he visto por ahí? Los utreros de los Hermanos González Rodríguez lucieron un trapío irreprochable. Algunos, como el cuarto, fueron excepcionales.
A ese cuarto Julián Simón le hizo una faena estimable.
Con las concesiones normales al público de un pueblo que está en fiestas.
Pero toreando bien hasta con la zurda, esa gran desconocida para tantos matadores de postín.
Al final se llevó una cornada y al hombre se le quedaron las vergüenzas al aire. Ni se miró ni se preocupó de guardárselas. Volvió a la cara del novillo, lo mató y, entonces sí, se fue a la enfermería con una cornada en el escroto. El rabo que cortó, lo paseó la cuadrilla.
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