martes, 22 de enero de 2008
Fernando Robleño
Según informan los medios, Fernando Robleño se ha quedado sin apoderado. Una pena.
A mí me parece un torero muy honrado. Otro de los que merecieron mejor suerte. Tiene alguna salida a hombros en Madrid como matador. Recuerdo una con toros de Victorino. Le sirvió para que lo llevara la casa Chopera (¡oh! los Choperas). Aquello sonaba a gloria, pero fue una ruina para Fernando.
Este año las cosas no salieron bien en Las Ventas. Mereció una oreja que le negaron ante un toro duro y correoso de Hernández Pla en la feria. Los medios lo reflejaron pero ni con la cuarta parte de la violencia con que denunciaron pocos días más tarde el "robo" de la oreja a "El Juli". Según ellos, un atraco a mano armada (lo de Robleño no pasó de decisión desacertada). Volvió el 15 de agosto y se estrelló contra una corrida de mulos.
Espero que esta temporada le vaya bien.
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5 comentarios:
Cuando lo apoderaron los Chopera, es cierto que toreo bastante pero se dice, se rumorea que a la hora de hacer la cuenta a final de temporada la liquidacion que le dieron fue irrisoria despues de haberse jugado los muslos todas las tardes, una verguenza.
Supongo que te refieres a la tarde del 13 de octubre de 2002. Pego a continuación lo que, con tal motivo y bajo el título “AROMAS DE TORERO NUEVO”, escribió Juan Amarilla Domínguez, gran aficionado extremeño, en el nº 78 de CAMBIO DE TERCIO (Boletín del Club Taurino de Madrid):
“En el ocaso de una temporada taurina, quiso el destino reunir en el coso venteño, al toro astifino del atardecer con la ilusión joven y decidida de un chaval que quiere ser TORERO.
Saltó a la arena la casta codiciosa y tobillera del toro “Molesto” de Victorino, para la cita con la casta joven, lúcida, serena y brava de ROBLEÑO.
Aquella pelea se desarrolló sin sol, sin moscas y en el final de una temporada, entre candilejas y sin música, que me permitió vibrar y emocionarme con la grandeza del TOREO, con mayúsculas.
En la tarde otoñal, brilló el sol mientras en el ruedo lucían las sombras y cuando aquel sol se fue, una estrella fugaz, juguetona y torera se descolgó del firmamento y nos inundó de luz y de esperanza para continuar con esta afición singular y diferente.
ROBLEÑO, se llama quien brilló tanto y quien se adorna con la juventud, con su intuición, con un valor sereno y una voluntad firme en el triunfo.
ROBLEÑO, se llama un torero nuevo, para la esperanza, que desde su soledad en el ruedo madrileño, acabó con muchos tópicos, sucediéndose dos lidias que enfrentaban a dos formas de ser, a dos castas y a dos temperamentos forjados en la capacidad de luchar para vencer.
A matar o a morir, parecieron las consignas de los TOROS y el TORERO, por lo que la lidia fue durísima y probablemente histórica"
Es uno de los casos de un buen torero que tiene muy mala suerte, cuando hay otros que torean mucho más (César Jiménez, que tanto te gusta Manon, jaja), y mejor que no nos metamos en valoraciones...
Manón, gracias por este post dedicado a Robleño, que es un torero que me gusta.
Pues sí, Lupimon, a esa tarde me refería. Robleño estuvo hecho un tío y al segundo le hizo una gran faena. Muy emocionante. Para mí, esa faena debió hacer que este tío se hiciera rico, pero no. Mala suerte, le faltan padrinos, un palmo de estatura y haber desfilado en alguna pasarela o hacer anuncios de angulas falsas. Claro que si tuviera todo eso jamás habría toreado un Victorino ¡menos aún en la feria de otoño!
NO hacía falta recordarme a César Jiménez, no. Es de muy mal gusto y peor leche. :-))
Me alegro, Alma, de que te haya alegrado un poco según dices en el post de tu blog. ¿El post de tu blog? ¡Pero qué idioma es este!
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