miércoles, 23 de julio de 2008

Los trastos (II). El furtivo

En capítulos anteriores: Alguien dejó descuidado el carrito con los trastos de un matador de toros en el túnel de cuadrillas. Un desocupado fotógrafo tomó la prueba del descuido.

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A los pocos segundos apareció, como se ve, armado hasta los dientes, alguien con aspecto de ¿ayuda? de mozo de espadas con aviesas intenciones. El fotógrafo, que seguía sin nada mejor que hacer, volvió a capturar las imágenes que comprometían al ayuda (o mozo de espadas, lo que fuese). Éste, al verse sorprendido, le dedicó unos delicados versos.

Continuará (pero no mucho)...

Nota para los serios reclacitrantes (no leer si se ha entendido a la primera que esto es una broma): Como en esto de la Taurosfera se hila tan fino y hay tanto ser suspicaz, declaro que el ayuda simplemente quiso apartarse al ver que yo estaba haciendo la foto y no sólo no me insultó sino que me dio amablemente todo el tiempo necesario para que terminara. Declaro también que esto es una broma; sólo una broma. Ya aprovecho y declaro que no iba armado, sino que sólo llevaba en la mano las puntillas.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo mola, una toronovela

Jose A. Sencianes Ortega dijo...

pues pa ser tan colaborador lo has pillado con cara de pocos amigos eh! jeejej. Saludos

Martín Ruiz Gárate dijo...

Ten cuidado, que si dices que es una broma puede ser peor... :)

manon dijo...

Era o broma o confabulación. ¡Leche, mejor broma!