Éramos tan jóvenes(I): Luis Francisco Esplá (II)

Antes que nada, tengo que pediros perdón por el jaleillo númerico del título. Lo explico enseguida y pasamos a otra cosa. Esta es la segunda parte del primer artículo de la primera entrega de aquella nueva sección que inicié antes de la feria, "Éramos tan jóvenes". Su protagonista fue Luis Francisco Esplá. El artículo quedó incompleto porque faltaban las fotos de esta temporada, que son las que traigo aquí. Por eso este artículo es la segunda parte de aquel primer capítulo.

Embrollado mucho más el intrascendente tema numérico, sigamos.

En la foto de apertura no se advierte demasiado el principal cambio de su rostro en esta temporada. Está en el lado derecho de su cara.

Aquí se ve mucho mejor. Esa cicatriz de la cornada de Ceret le aporta, si cabe, todavía mayor interés. Supongo que Esplá habría preferido tener una cara levemente menos interesante a cambio de haber sorteado la cornada. No compensa, no.

Lo que no ha cambiado, y lo celebro, es su facilidad para la sonrisa, incluso en momentos en los que cualquiera estaría hasta las trancas. No quiero decir que él no lo esté, sino que, a pesar de ello, es capaz de sonreír. Me parece muy notable.

A veces, faltaría más, hay que ponerse serio, cuando las cosas no ruedan bien, como ha sucedido este año en Las Ventas. Yo creo que la decisión la tenía casi tomada y que sus dos tardes en la feria le terminaron de empujar a anunciar que no va a volver. Lo siento.

Lo siento porque con él se va una forma de entender el toreo y los que retratamos, nos quedamos sin uno de los mejores modelos que he visto en el tiempo que llevo en esto. El mejor, posiblemente.

Nota celebratoria: El post anterior es todo menos una celebración. Me alegro que en el cumpleaños del blog me haya dado tiempo a hacer este, que creo que es mucho más coherente con lo que ha sido esto durante su primer año de vida. El otro es un tanto amargo.