Morante es un torero con fans. Eso es un hecho, como lo es que José Tomás también los tiene. Otros tienen seguidores o adeptos, como "El Cid" o, quién sabe, "El Capea". (Perdón por juntarlos). Ayer apareció uno de los fans en multitud de instantáneas, bajo el tejadillo de un burladero del callejón: Fernando Arrabal.
Antes del incio de la faena lo animaba con los puños apretados. Sale así en tantas fotos que sospecho que las marcas de sus uñas se verán hoy todavía en las palmas de sus manos.
Inciso: los toreros con fans también pueden tener seguidores. Creo que no son fenómenos excluyentes.
Al final, con el objetivo cumplido de la oreja en la mano (aunque Morante la soltara a gran velocidad), el fan lo celebra cambiando sus puños apretados por una doble V de la victoria, que es lo que el fan persigue, allá películas cómo.
Que no es, como dice un comentario al artículo anterior que no me guste o que le niegue. No, por Dios. Es que me gustan algunas de las cosas que hace, pero también me gusta (más) el toreo profundo al natural, cosa que llevo unos años sin ver a Morante. Y cuando decía que no lo pillaba, me refería a la cuestión fotógrafica, no a su tauromaquia. Serán los ángulos, será mi impericia o será que en Madrid nunca da su mejor versión, pero no consigo las fotos que veo a otros compañeros (siempre en otras plazas).
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4 comentarios:
Ese es mi tocayo Arrabal ¿no?.
En efecto, es tu tocayo.
El milenarismo va ha llegar, COJONES YA.
Invitaría a los puros y las copas por compartir un ratito de conversación con estos dos juntos, Morante y Arrabal, Arrabal y Morante, que grandes.
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