lunes, 12 de mayo de 2008
Y este Joselillo, ¿qué hace en la feria?
Lo puse en un post en rojo y me rasgué las vestiduras (en plan cibernético, que es mucho menos dramático) por su inclusión en la feria. Pues bien, uno que me ha callado la boca. Me alegro. Como veis, estaba toreando antes de salir al ruedo. La impaciencia.
El chico vino a confirmar con un corrridón de toros (por trapío) de Doña Dolores Aguirre. Hay versiones contradictorias sobre su comportamiento (el de la corrida). Unos dicen que hubo mucha casta y que por eso no se les dominaba. Otros que fue un atajo de bueyes mansos. Yo apuesto por lo segundo, lo que pasa es que como tenían esa gran presencia y al menos un par de ellos atropellaban en sus huidas (que eso eran, más que embestidas), pues había emoción en el ruedo. No es poco, pero no pasa nada porque que aparezca un poquito de bravura.
Con su primero tuvo una pelea enorme. He cogido esta foto porque la zapatilla y el estoque volando le dan un puntito distinto. Hay por ahí otras más espectaculares con Joselillo por los aires. Supongo que todos las habéis visto.
Del enorme golpe se levantó casi con la muleta en la mano izquierda para pegarle naturales al manso. Tuvo mucho mérito. La espada cayó baja y ¿se perdió una oreja?
Al sexto le empezó la faena de muleta de esta guisa. Es como la portagayola del último tercio. No es que me guste, pero pone emoción. Luego pegó más naturales, algunos larguísimos. Expuso, anduvo con cabeza y oficio inimaginables en quien torea su número de corridas (y en muchas de las "figuras" si tuvieran que matar esto).
La estocada está vez quedó arriba y le dieron una orejita. Como con la masedumbre de los mulos, se lee de todo. Para unos excesiva, para otros justa. Vuelvo a ponerme del lado de los segundos. Se enfrentó a una corrida muy seria (mala, pero seria) con algo más que dignidad. Demostró que muchas veces con ganas (deseo, más bien) se pueden superar las dificultades y las cosas se ven más claras.
La tarde de Robleño fue más o menos de este corte. Una pena. Yo creo que a Fernando, que a corazón no le gana nadie, se le está acabando algo. No sé describirlo, pero ya no lo veo enfrentarse a los toros con la misma convicción. También es normal después de tantos años de pelea casi en balde.
Lo de Sergio Aguilar es otro rollo. Él pretende hacer siempre un toreo muy puro. Se da pausas, se coloca, no se enmienda... pero no conecta. Hay algo gélido en este chico. Y muchísimos enganchones. Me gustaría que triunfara, pero no lo veo, no.
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1 comentario:
tio..estas amargado de la vida o que?Joselillo dale,que sabes que puedes!
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